miércoles, diciembre 07, 2011

¿NAVIDAD O NO NAVIDAD?


Por J. David Amador M.

Es interesante ver que en estos tiempos dentro de las iglesias cristianas ha ido en aumento la idea de que la celebración de la navidad es mala. Es sabio meditar un poco respecto a esta situación que, si bien aún no ha provocado una ruptura entre quienes la celebran y quienes no, es cierto que debe ser considerada como una muestra de que algo está cambiando, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿hacia dónde es ese cambio?

Estamos en el tiempo que marca el fin de una época, dando inicio a otra. Vamos dejando el modernismo para irnos adentrando cada vez más en el postmodernismo.

Este postmodernismo se distingue por dar gran fuerza al existencialismo, es decir, el predominio de  la experiencia, los sentidos y las emociones por encima de la razón y el conocimiento.

Debido a esta característica es cada vez más común ver que algo se considere verdadero por el simple hecho de sentirlo, y no porque tenga un fundamento real.

De este modo, lo que un día se considera cierto,  puede ir dejando de serlo a lo largo del tiempo si los sentimientos que le daban vida van desapareciendo. Esta es la forma en que a lo largo de la historia muchas cosas se tornaron en leyenda, y hoy en día se cuestiona su realidad histórica.

Ya los seguidores de la teología liberal con su método critico histórico, han catalogado eventos narrados en la Biblia como “mitos”. Ejemplo de ello son:  El diluvio y El arca de Noé, El paso del Mar Rojo, La caída de Jericó, La existencia de Daniel, etc.

¿Qué tiene que ver esto con la celebración de la navidad? ¿Nos permitirá entender si es correcto que la celebremos o no?

El Evangelio de Mateo inicia con la genealogía de Jesús partiendo de Abraham, y dentro de ella cita un evento histórico, la deportación de Babilonia. El autor cuenta el número de generaciones hasta llegar a Jesús. Marcos sitúa el bautismo de Jesús en “aquellos días” y lo ubica geográficamente en el río Jordán (Mr. 1:9). El Evangelio de Lucas nos dice que el nacimiento de Jesús ocurrió en tiempos de Augusto Cesar, siendo Cirenio el gobernador de Siria, (Lc. 2:1-2), y en ese tiempo Herodes era Rey de Judea (Lc. 1:5). Juan da testimonio de que “El Verbo” se hizo carne, habitó entre ellos y vieron su gloria, gloria como la del unigénito Hijo de Dios (Jn. 1:14).

Lo que esto nos indica es que Jesús toma parte en la historia de la humanidad. Como lo dice Justo L. González al inicio de su obra “Historia del Cristianismo”: Desde sus mismos orígenes, el evangelio se injertó en la historia humana. De hecho, eso es el evangelio: las buenas nuevas de que en Jesucristo Dios se ha introducido en nuestra historia, en pro de nuestra redención.” [i]



Este punto tiene una enorme importancia en el sentido de que Jesucristo se hizo hombre y ocupó un espacio real en la historia y en la geografía. Su importancia en la historia va de la mano con su misión entre la humanidad “Revelarnos a Dios, Dar su vida en nuestro lugar para perdonar nuestro pecado y Transformarnos para llegar a ser como él”.

Sin embargo si esto fuera solo un mito, si en verdad nunca ocurrió que Jesús haya venido en carne, entonces no podremos saber como es Dios, o si existe. No somos salvos y no podemos dejar de ser lo que somos.

Por lo tanto se han dado formas para echar a un lado aquello que de lo que se ha dado testimonio, tanto en la Biblia como por historiadores como Josefo. Testimonio que a su vez ha sido ratificado a lo largo de la historia.

William Hendriksen en su libro “Mas que vencedores” escribe que tres son los instrumentos empleados por Satanás en su ataque sobre la tierra: La persecución anticristiana, la religión anticristiana (el engaño) y la seducción anticristiana.[ii] Elementos que se pueden encontrar tanto en Apocalipsis como en la parábola del sembrador entre otros pasajes.

De esta forma el nacimiento de Jesús puede ser “exagerado” hasta el punto de atribuir al muñeco de un bebé, poderes milagrosos. Haciendo del Salvador un dios que necesita ser cuidado, protegido y manipulado. Ese es el engaño. O puede promocionarse la ocasión como un momento de fiesta en el que los regalos, la cena, los deseos de paz y prosperidad y  la convivencia tomen el centro y no haya mención del nacimiento de un salvador. Esa es la seducción.

Pero hay un tercer elemento. Este no se ha mostrado en el sentido total de persecución, pero sí se ha ubicado en el sentido de prohibición en algunos grupos. De este modo encontramos que la celebración del nacimiento de Jesucristo se cataloga como una fiesta pagana relacionada a la celebración de Saturno que los romanos llevaban a cabo.

Esto nos habla de la intención que se tuvo en los primeros siglos de sustituir fiestas paganas por fiestas cristianas con lo que se estableció la fecha.

Sin embargo tal celebración no fue relevante por siglos, sino hasta después de la reforma protestante y en los países protestantes, quienes al celebrarla no la vinculaban en nada con fiestas celebradas por los romanos.

Y aunque por más de 400 años no hubo problemas respecto a la celebración de la navidad, llama la atención el descrédito que se le ha dado recientemente en algunos grupos.

Sin embargo, curiosamente en lo grupos donde se considera incorrecta la celebración del nacimiento de Cristo, también se promueven ciertas prácticas y enseñanzas mesiánicas. Las cuales son cuestionables por el hecho de que apuntan hacia la cultura judía por encima de Cristo.

Aclaro que no estoy en contra de los judíos ni su cultura, pues desde niño fui instruido en la palabra de Dios tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, enseñándoseme a tener un concepto equilibrado respecto de los descendientes de Jacob, entre los que se encuentran los judíos.

Pero es necesario notar que si en algún tiempo se introdujeron elementos culturales judíos a la alabanza y el arreglo de los lugares de reunión, también las predicaciones empezaron a tomar un sentido cada vez más mesiánico.

Pero eso no se detuvo ahí. Hoy en día se está enseñando que los términos griegos “Theos” y “Iesous” son equivocados por considerar al griego un idioma “pagano” y que estos términos se refieren a deidades paganas. Por consecuencia también los términos en español “Dios” y “Jesús” son desacreditados. Este tema será un asunto tratado en otra ocasión. Sin embargo no dejemos de lado la observación que son parte de una corriente que se va arraigando entre cristianos.

La sabiduría consiste en discernir las intenciones del corazón. Es decir, nuestra intención para celebrar o no celebra la navidad, si es para glorificar a Dios o no. Pero también las intenciones que hay detrás de lo que se enseña en la iglesia, (o lo que enseñamos, en el caso de los pastores). No sea que al considerarse a Jesús más adelante como un mito solamente, terminemos por olvidar que un día en la historia, el Hijo verdaderamente se hizo hombre para dar su vida por nosotros.



[i] Justo L. González. Historia del Cristianismo, Tomo I, p. 21. Ed. Unilit, Miami Fl. 1994.
[ii] William Hendriksen, Th. D. Más que vencedores, pp. 90, 91, 175. T.E.L.L. Jenison, Mi. 1977.

martes, junio 21, 2011

Cristianos sin Cristo

Bienvenido al Blog de la Iglesia Cristiana Transformación de Vida.






 
Cristianos Sin Cristo


PROLOGO



Escribí esta historia corta hace ya unos seis años y la fui  publicando por secciones en el boletín dominical de la Iglesia. Ahora la comparto con ustedes en este blog esperando que sea de edificación para sus vidas.

Aunque parece una contradicción “ser cristiano sin Cristo”, puse este nombre a esta historia corta para describir como es la situación de muchos que aseguran ser “cristianos” pero que en realidad no ponen en práctica su palabra.




1. ¿ES SUFICIENTE PARA TI LO QUE TIENES?

Oscar había crecido en un hogar cristiano, sus padres le habían dado una buena educación que consideraban “Cristiana”. Él nunca hacía cosas malas, o al menos evitaba lastimar a otros, y siempre había seguido las reglas.

Cuando entró a la universidad, se encontró con algunos compañeros y maestros que cuestionaban su estilo de vida y sus creencias. Pero él estaba convencido que todo lo que le habían enseñado acerca de Dios era lo correcto.

Oscar trató de compartir su fe con algunos compañeros de la universidad, pero nunca logró nada sobresaliente. Algunos lo escuchaban con atención, al final le sonreían y cambiaban de tema, otros se ponían a discutir con él y las cosas terminaban mal. Siempre le habían enseñado que él tenía la respuesta y que la gente del mundo sufría de gran soledad y dolor por no tener a Dios. Pero en el caso de Oscar parecía todo lo contrario. Al parecer el estilo de vida de sus compañeros era más satisfactorio que el suyo. Por supuesto que ellos tenían problemas, y cometían muchos errores y hacían cosas malas, pero tenían buenos amigos, se apoyaban unos a otros y nadie en realidad se quejaba.

Sin embargo Oscar sí tenía muchas quejas en su corazón. Empezó a notar que mientras más trataba de compartir su fe, se iba quedando más solo. Los únicos amigos con los que contaba eran los de la iglesia.

Algo empezó a despertar en su corazón, ¿será que es mejor que viva como mis compañeros? Esto tomó mayor fuerza el día que un compañero le preguntó ¿qué es lo que te garantiza que tú estas bien y nosotros mal?

Un día, Oscar conoció en la universidad a Hugo, otro cristiano. Él Tenía algo diferente, parecía que disfrutaba ser cristiano y eso atraía a otros que con gusto le escuchaban hablar de Cristo.

Después de presentarse y contarle lo que le había estado inquietando, Oscar le preguntó ¿qué es lo que hace la diferencia? He visto gente que le habla a muchos de Cristo y todos creen, y otros que difícilmente lo pueden compartir, como yo.

Hugo se le quedó mirando y le preguntó —¿tienes suficiente de Cristo en tu vida?—

—Bueno, tengo una buena relación con la gente de la iglesia a la que voy, he estado en varias iglesias con mi familia, algunas no nos han gustado tanto, pero ahora nos sentimos bien donde estamos.

—Ya veo—, respondió Hugo. Dime ¿Te gusta participar en las actividades que se hacen ahí?

—Claro, sobretodo porque el grupo es muy ameno—,

—¿estás satisfecho con lo que se hace en tu iglesia?—

—Bueno, reconozco que me gusta todo, aunque en algunas ocasiones hemos llegado a tener algunos problemas entre los hermanos…—

— y eso ha afectado tu vida espiritual ¿no?— Interrumpió Hugo.

—Pues reconozco que sí, pero sigo buscando crecer en mi vida espiritual.

—Todo eso es bueno, pero no es suficiente, dime ¿en verdad tienes suficiente de Cristo en tí?—

—Pues he tenido buenos cursos de Biblia y de evangelismo, soy el mejor en la esgrima—(concurso que consiste en buscar versículos bíblicos).

—Eso también es bueno, pero no suficiente— respondió Hugo. — Déjame ver si entiendo como te sientes. A tí te gusta lo que hay en tu iglesia y eso determina como te sientes hacia Dios y los demás ¿no?. Dime, ¿es eso suficiente para ti?——

Supongo que eso es lo que Dios nos ha dado y debemos estar contentos con eso ¿no?— Ð

—¿Crees que es suficiente con sólo contentarse con una vida de Iglesia?— Preguntó Hugo —Mucha gente ha vivido dentro de alguna iglesia durante años sin tener relación con Cristo. Ellos tienen relación con un grupo de personas cristianas y por eso se creen cristianos, pero nunca entran en una verdadera relación con Cristo—.

—Esa idea me parece muy rara. ¿cómo es posible pasar años en una iglesia sin conocer a Dios?

—Es cierto que estas personas llegan a conocer a Dios, eso no es un reto. Aprenden un lenguaje “bíblico,” y todas las reglas del juego “cristiano.” Saben lo que está permitido y lo que está prohibido. Pero recuerda que el único camino para llegar a Dios es a través de Jesucristo. El verdadero reto es caminar el camino trazado por Cristo—.

—Me parece que estás siendo muy extremista, no es posible que uno pueda ser miembro de la iglesia sin ser cristiano. ¿no te parece demasiada soberbia definir quién sí es y quién no es cristiano?—

—¿Crees que una persona llega a ser cristiano sólo porque va a una iglesia?—

Oscar se quedó de pronto en silencio. Estaba acostumbrado a discutir con la gente y no quería hacerlo ahora con el que parecía ser uno de los pocos amigos que podría tener.

—Medita en esto— dijo Hugo —, hay quienes están satisfechos con lo que tienen, y no les gustaría que nada cambiara, sino que todos los trataran con amor y que nunca hubiera problemas. ¡cuidado¡. Como no tienen relación con Cristo, cuando algo cambia, o hay problemas y nadie les muestra amor, empiezan a quejarse de todo.

Oscar dio un suspiró y dijo —Disculpa tengo que irme— se dio la vuelta y se alejó caminando pensativo.



2. NO PUEDES CAMBIAR ALGO QUE TE GUSTA
HASTA QUE TE HAYAS HARTADO DE ELLO 


Oscar caminaba muy metido en sus pensamientos —No me parece bien eso de que en la iglesia haya personas que no sean de Cristo—, meditaba, cuando de pronto alguien lo saludó.



—¡Hola Oscar¡— era su amiga Sofía. Ella había escuchado a Oscar discutir en más de una ocasión con alguno de sus compañeros cuando hablaba de sus creencias.


—¿Qué crees?, hace unos días estaba pensando en una de las muchas cosas que tú has dicho acerca de Dios, eso de que no tenemos un futuro seguro si no tenemos relación con él. ¿Y que crees? Una de mis hermanas ha estado asistiendo a un grupo de estudio de la Biblia durante unas semanas y anoche yo la acompañé. Estudiamos esa parte donde Jesús dice que viene para darnos vida en abundancia. Yo le comenté a mi hermana que había cosas que me tenían harta y que no las podía cambiar, y después de platicar con la señora que dio el estudio, muchas cosas quedaron claras para mí. Ahora creo que ¡Es maravilloso cuando sabes que las cosas que has estado viviendo pueden cambiar!—.


Oscar se le quedó viendo sin decir una palabra, en su corazón sentía una pequeña confusión que no le permitía encontrar una frase adecuada para responder a su amiga.


Sofía tomó un poco de aire y continuó hablando —creo que todo eso que has estado compartiendo de Cristo está empezando a tener un buen fruto, gracias amigo. Me voy porque tengo clase—. Le dio un apretón en el hombro a Oscar y se alejó. Mientras tanto Oscar continuaba preguntándose ¿qué es lo que hace la diferencia entre un creyente y otro?


Oscar buscaba las llaves de su casa en la bolsa de su pantalón, no estaban ahí, buscó en su chamarra y tampoco las encontró. Bajó su mochila al piso para buscar sus llaves, cuando escuchó una voz, —¿qué onda mi Oscar? ¿te quedaste atrapado en la calle?—


Oscar volteó mientras abría el cierre de su mochila —¿qué onda Charly? No encuentro mis llaves, creo que las metí en la mochila, y para encontrarlas entre todas las cosas es mucho rollo, seguido me pasa.


—¿Por qué no les pones un llaverote gigante para que las encuentres donde sea?


—¿Cómo crees? Me van a cotorrear


—Pues mejor eso que andarlas perdiendo, ¿no?


—Caray, creo que no están en la mochila, y es que como se les rompió el llavero, es más difícil encontrarlas, sólo están las dos llaves en la argolla—.


Oscar se puso de pie y volvió a revisar las bolsas de su pantalón. Finalmente con un gesto de reproche dijo —aquí están, me urge conseguir un llavero, porque ya me cansé de andar haciendo estos numeritos en la calle.


—Pues consíguelo de una vez, porque cuando te acostumbras a algo, ya nunca lo cambias.


—Dime Charly, tú antes ibas a la misma iglesia que yo ¿te hartaste de la iglesia, o que pasó?


—Nadie me lo había preguntado antes— respondió Charly —no te niego que había momentos muy padres, y la gente de ahí me cae bien, pero no encontré mucha diferencia entre las platicas con ellos que las que tengo con mis amigos que no son cristianos. Y para serte sincero, prefiero platicar con mis amigos no cristianos, porque aunque platicamos de lo mismo y usamos las mismas expresiones, acá puedo tomarme unos tragos y hablar sin tanta restricción religiosa.


—¡Guau!, nunca había pensado yo en que esa era la imagen que dábamos en la iglesia— respondió Oscar muy sorprendido— ahora que lo pienso, es cierto, si la gente de la iglesia piensa igual que la del mundo, entonces habla igual, pero tiene sus “restricciones religiosas” como tú dices.


—¿te soy sincero? Me cansé de eso y preferí dejar de ir a las reuniones-.


Cuando Oscar entró a su casa y cerró la puerta, en su mente estaba todavía repitiendo la plática que había tenido con Charly. De pronto recordó las palabras de Hugo:


“Mucha gente ha vivido dentro de alguna iglesia durante años sin tener relación con Cristo. Ellos tienen relación con un grupo de personas cristianas y por eso se creen cristianos, pero nunca entran en una verdadera relación con Cristo”.


Y también volvió la pregunta a su mente, ¿tienes suficiente de Cristo en tu vida?


Y como si hubiera sido en la misma plática recordó la frase de Charly “cuando te acostumbras a algo, ya nunca lo cambias.”


Al siguiente día buscó a Hugo por toda la universidad, cuando finalmente lo encontró, le dijo:


—Estuve pensando toda la noche en lo que me habías dicho sobre la gente en la Iglesia que no tiene a Cristo.


—Los famosos “Cristianos sin Cristo”


—Sí, esos, de hecho quería preguntarte, ¿cómo puedo saber quien tiene relación con Cristo y quien no?


—Bueno, no se trata de hacer una cacería de pseudocristianos, no dejes que eso te...


—Es que quiero saber si yo soy uno de ellos—interrumpió Oscar


—Ya entiendo— respondió Hugo pensativo —que te parece si vamos a la cafetería para hablar con calma-.


Ya en la cafetería Oscar parecía impaciente. Hugo le preguntó con un tono apacible:


—¿Qué dice la Biblia que debemos hacer para entrar en el reino de Dios?


—Bueno, pues que hay que creer en Dios


—¿Estás seguro?


—No, no ya me acordé, Juan 3 dice que hay que nacer de nuevo


—Oscar, ¿y tú ya naciste de nuevo?


—Bueno, tú sabes que cumplo bien con nuestra religión


—Oscar, tú me pediste que te dijera como detectar a alguien que no tiene relación con Cristo, bueno ahí te va un tip, cuando uno habla del cristianismo como “religión” y de “creer en Dios,” hay indicios de que necesita nacer de nuevo.


—¿por qué?


—No es lo mismo creer en Dios que creer en Cristo, el ser humano por naturaleza cree en la existencia de un Dios, pero si alguien enseñó como es ese Dios, fue Cristo. Si crees en Cristo, entonces estás creyendo en lo que él dijo acerca de Dios. El punto importante es “creer en Cristo”-.


Oscar se mantuvo en silencio por un rato, después le comentó a Hugo las razones porque asistía a la Iglesia, pero Hugo siempre volvía a la misma pregunta ¿ya naciste de nuevo?. Hablaron un poco sobre lo que es y no es “creer en Cristo.”


Finalmente Oscar llegó al punto de su plática con Charly


—Ayer un amigo me puso a pensar en el hecho de que mi estilo de vida no es muy diferente al de los que no creen en Cristo, y eso me inquietó toda la noche. Creo que me he acostumbrado tanto a este estilo de vida religioso que ya no me doy cuenta la falta que me hace tener relación con Dios.


—¿no estás harto de ese estilo de vida religioso?-


—Sí, sinceramente ya estoy cansado de eso, creo que debo nacer de nuevo.


Los dos amigos agacharon la cabeza, y en ese lugar, sin importar la gente que les rodeaba, oraron al Padre. Mientras tanto en los cielos se celebraba una fiesta por el nacimiento de un nuevo creyente en Jesucristo. Ð




transformacion@minister.com

Escrito por J. David Amador