Organizando las editoriales que he escrito para los boletines, me encontré con este escrito del año 2012, que ahora comparto, teniendo en cuenta las especulaciones que se hacen referente al surgimiento del coronavirus.
Dios
y la historia
Hay un tema que apasiona a muchas
personas en las iglesias, tal vez por el enfoque que se le ha dado respecto al
futuro de la iglesia, o tal vez sólo por ser un tema que produce curiosidad y
suspicacia. Lo cierto es que muchos están convencidos de que en estos tiempos
se tejen importantes acciones secretas con el fin de establecer los cimientos
de un orden mundial que dará paso al gobierno del anticristo y del fin del mundo.
Y es interesante tomarse un tiempo
para escuchar a los cristianos que están convencidos de esto, pues este tema lo
relacionan con otros temas que despiertan gran interés, como lo es la guerra
espiritual.
Esto se nutre de información de la
vida diaria, un presidente que toma una decisión, un país que entra en guerra,
una crisis económica, un grupo que planea construir un templo en oriente, etc.
Esto de inmediato se relaciona con la idea de que el diablo y los demonios
están bloqueando a la gente que obra a favor del reino de Dios.
Podemos agregar a esto el llamado
“conspiracionismo” que es la corriente que explica los acontecimientos
internacionales por medio de la existencia de un grupo secreto muy poderoso y
generalmente malintencionado.
Ahí es cuando surgen los nombres de
grupos como los masones, los illuminati, grupo Bilderberg; así como el nombre
de empresas, como en su tiempo se mencionó a P&G, Coca-cola, Disney, etc.
Además de una larga lista de caricaturas, artistas, etc. Aunque nada de esto
pueda ser realmente probado.
Sea cierto esto o no, la verdad es que
excita la curiosidad y levanta el ánimo, atrayendo a muchos curiosos que aparentan convertirse a
Cristo ante el panorama tan desolador que se muestra. Es por eso que este tema
ha sido el fuerte de muchos predicadores para reunir gente y formarlos en un
supuesto evangelio que les capacita para descubrir los planes secretos del
anticristo.
Pero esto ha generado una gran
cantidad de “cristianos” que conocen poco de la Biblia, en comparación a su
conocimiento sobre los movimientos de los grupos secretos.
Ante esto, hay dos realidades que
debemos tomar en cuenta:
1. El ser humano es pecador por
naturaleza, tal como la Biblia lo enseña. Sus acciones siempre están dirigidas
en dirección opuesta a la Palabra de Dios. Desde que Caín mató a Abel se ha
manifestado el deseo del ser humano de dirigir las circunstancias mundiales a
su favor. Así que no es de extrañar que existan grupos de gente con intereses
en común que busquen influir en la política, la economía y en todo tipo de
asuntos que les beneficien, incluida la religión. Pero esto es tan antiguo como
la torre de Babel y no debe ser un asunto que se tome como una trama secreta
reciente. Ordenes mundiales han venido e ido a lo largo de la historia.
2. Dios es eterno y eso implica que
todo lo demás es temporal. Reinos han venido y reinos han ido, pero la voluntad
de Dios permanece para siempre. El Antiguo Testamento enseña que los reinos Asirio,
Babilonio y Persa fueron instrumentos de Dios para tratar a su pueblo. Nada,
nunca se ha salido del control de Dios. Por mucho que haya cosas fuera de
control, la Biblia nos enseña en los libros de Los reyes y de Crónicas que las
victorias de todo pueblo estuvieron siempre bajo la decisión de Dios.
¿Puede entonces haber un grupo, o un
espíritu de maldad que obre fuera del poder y la autoridad de Dios?
Cuando Jesús instruyó a sus
discípulos sobre la tarea de hacer discípulos de todas las naciones,
primeramente les aclaró que él tiene todo dominio, tanto en el cielo como en la
tierra.
Es verdad que hay cristianos que,
aunque declaren que Dios es todo poderoso, en su mente se ha establecido la
idea de que sus planes pueden ser frustrados y que hay cosas secretas que
escapan a su vista. Por eso se turban con estos temas, ya que carecen de una verdadera
confianza respecto de la protección y dirección de Dios, a final de cuentas
quien confiaría en un Dios que puede ser burlado.
Pero nosotros no experimentamos eso,
pues reconocemos en Dios al todo poderoso, y creador de todo lo que existe,
cuyos planes y deseos jamás han sido
frustrados y que tiene dominio sobre todas las cosas.
Nuevos órdenes mundiales ha habido
muchos, pero nunca la historia ha estado fuera de la dirección y autoridad de
Dios. Lo que hoy ocurre, ya ha ocurrido antes. Nuestra tarea no es adivinar
tiempos (Hch. 1:7), sino darle a conocer a él y poner en práctica su Palabra,
gozosos del cuidado que tiene de nosotros.
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es
Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con
cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Isaías 40:28 RV60
En Cristo,
J. David Amador M.
J. David Amador M.
Pastor