sábado, marzo 16, 2019

AGRADECIDOS CON DIOS POR UN AÑO MÁS COMO IGLESIA

En estos días estamos cumpliendo un año más como iglesia. Confiamos en Dios que vendrán muchos más.

En este tiempo, preparando el mensaje para el Culto de Acción de Gracias por este aniversario, he estado haciendo memoria de lo que hemos vivido como iglesia. De todo el tiempo que ha transcurrido y la gran cantidad de personas que han colaborado en esta obra, de las muchas personas que han pasado por la iglesia. Es una historia rica en detalles y anécdotas.

Dios ha sido fiel, y ha cumplido en abundancia lo que al principio de esta obra puso en nuestros corazones, cuando dejamos a un grupo de personas para responder al llamado de Dios e iniciar una nueva obra: Aun no conocemos a todos los que han de formar parte de nuestra vida y muchos serán grandes compañeros y amigos. Y es verdad que Dios nos ha rodeado de un grupo amoroso de personas que ha aprendido a construir en equipo lo que hoy es la Iglesia Cristiana Evangélica Transformación de Vida.

Es cierto, la historia de esta obra inicia el 16 de Septiembre de 2001, cuando un grupo de cinco jóvenes se reunión en nuestra casa, cuando mi esposa y yo apenas estábamos considerando lo que deberíamos hacer para iniciar una obra. Pensábamos tomar un tiempo para orar, planear y buscar consejo. Pero este grupo de jóvenes llegó con mucho entusiasmo, y al siguiente domingo ya había más jóvenes y una familia que había traído invitados. Esto fue el emocionante inicio de un camino donde Dios nos ha manifestado su voluntad y nos ha dado su respaldo de manera constante.

Fue una experiencia difícil el que tres años después tuviéramos que reconsiderar el trabajo que habíamos hecho. Esto ante la partida de varias personas que se dispersaron a diferentes iglesias, instigados por varios pastores. No fue que desearan fundar una nueva iglesia porque su deseo fuera glorificar a Dios y que al menos yo como pastor fuera un estorbo para ello. El hecho de no permanecer unidos manifestó que su deseo era seguir cada uno su propio camino.

Así terminó una etapa de trabajo, con algunos incluso de por lo menos cinco años de estarlos instruyendo cada semana. Sin embargo, aunque con tristeza, pero era necesario dejarlos ir, si esa era su voluntad, pues debemos confiar en lo que Dios ha determinado para cada uno.

Nuestra bendición para cada una de esas personas, que ya no forma parte de nuestras vidas, pero esperamos que toda enseñanza y formación que les brindamos llegue a dar un buen fruto que glorifique a Dios y les edifique a ellos.

Por nuestra parte, nosotros decidimos continuar con aquellos que buscaban ser edificados en lo que como iglesia desarrollábamos, y fue así que decidimos reiniciar esta obra, aprendiendo la experiencia y hoy Dios nos permite llegar a catorce años como iglesia.

Es por este motivo que he escrito esta breve meditación, la cual confío sea de edificación y ánimo para todo aquel que busca respuesta en Cristo a lo que tiene que ver con su vida.


Una Vida, una oportunidad

Lo que Dios nos ha concedido antes de la eternidad


Empecemos hoy reflexionando sobre la vida que cada uno llevamos: Esta vida que ahora vives ¿es la vida que habías deseado desde tu infancia? ¿Estás confiado de que esta vida es la que Dios quiere para ti? ¿O solo has caminado por donde el camino te lleve, sin ninguna expectativa de lo que encontrarás al final de la senda?

Pensemos un poco más ¿Qué intención habrá tenido Dios al dejarnos aquí una vez que nos dio salvación, dejándonos en este mundo que no se conforma a su voluntad, ni le desea reconocer como soberano? ¿Por qué Dios no nos tomó cuando nacimos de nuevo al creer en Cristo, y nos llevó a la eternidad con él?

En realidad hay una gran cantidad de cristianos que piensan que la salvación es el final de todo y que no hay nada para el cristiano antes de irse a la eternidad, por eso cubren la mayor parte de sus cultos con cantos y palabras motivacionales, dejando casi excluida la exposición de la Palabra y en algunos casos definitivamente la predicación de la Biblia es una completa extraña.
Sin embargo la Biblia se encuentra llena de enseñanza respecto de cómo vivir esta vida, pero sobre todo nos deja claro el propósito que Dios ha tenido al dejarnos en el mundo una vez que hemos sido salvos.

He enseñado por mucho tiempo sobre el plan de Dios de transformarnos a la imagen de Cristo mientras estamos aquí en la tierra, pero hoy extenderé la visión sobre su propósito para esta vida. Dios nos ha dejado en esta vida también como una concesión, un tiempo para alcanzar aquello que en la eternidad solo será pasado.

Dios nos ha dado esta vida para que experimentemos lo que es tener fe, para que vivamos la vida con un corazón apacible y emocionado a la vez, emocionado por lo que hemos de producir, por lo que hemos de transformar, o por la gente a la que hemos de conocer, porque estamos confiados en él.

Y aunque por ahora no lo vemos, él nos manifiesta su cuidado y compañía de manera constante, de modo que podemos tener una comunión real con él mientras caminamos en esta tierra, pues hablamos con él al orar y él está hablando a nuestra vida cuando leemos su Palabra.

Construimos, enseñamos, plantamos y cosechamos, producimos y encontramos satisfacción en todo ello, una satisfacción completa cuando vivimos en comunión con Dios.

Conocemos personas, platicamos, comemos juntos, practicamos algún deporte, o vemos algún deporte y nos emocionamos con ello, porque Dios nos lo ha concedido, y porque es a través de todo esto que hoy hacemos, a través de nuestra vida cotidiana, que somos transformados a la imagen de Cristo.

Tal es la realidad de nuestra vida, y la razón por la que Dios nos concede tiempo aquí para seguir realizando obras que bendigan a las personas y nos edifiquen a nosotros. De este modo somos testimonio a las personas de su necesidad de salvación, y del amor y la presencia de Dios.

Sigamos avanzando en lo que Dios nos ha concedido y disfrutemos de él y de la transformación que está obrando en nuestras vidas.

En Cristo,
J. David Amador M.
Pastor

sábado, enero 19, 2019

El cumplimiento
de los tiempos

¡Ya estamos a pocos días del fin del mundo! ¡Ya pronto será el rapto! ¡Estamos en los días finales! Esa es la voz de alarma que crea preocupación en muchos, y por lo tanto son atraídos a las congregaciones con el fin de saber más sobre el tema, no porque se conviertan a Cristo y anhelen su segunda venida, sino porque sus corazones y oídos se fascinan con temas, mal llamados, “apocalípticos”. Y los predicadores lo saben y están seguros que eso les atraerá más audiencia.

Por esa razón la segunda venida de Cristo se ha enseñado con más fascinación novelesca que con evidencia bíblica. Así desde los sesentas y setentas, el tema se volvió obsesión al grado de crear el género de “thriller cristiano” con películas como “Como ladrón en la noche” y “El infierno”.

Pero es cierto que la Biblia habla sobre el fin de los tiempos, sobre los últimos días y sobre la segunda venida de Cristo. Sin embargo hay que tener claro que esto forma parte de un cuadro más amplio y que solo se comprende al considerar todo el contenido bíblico.

En 1 Corintios, el apóstol Pablo señala que lo vivido por el pueblo de Israel tras su salida de Egipto, sus tropiezos y su consecuente castigo de parte de Dios; fueron permitidos para ser ejemplo y amonestación a nosotros. Y señala la relevancia de esto al llamarnos “a quienes ha llegado el fin de los siglos”, es decir, los que vivimos los “últimos tiempos”.

De la misma manera el apóstol Juan en 1 Juan 2:18 señala que el espíritu del anticristo ya está en el mundo porque ya son “los últimos tiempos”, o “la última hora”.

El escritor de la carta a los Hebreos en Hebreos 1:2 nos dice que Dios ha hablado por medio del Hijo en estos “últimos tiempos”.

Estos pasajes tienen algo en común al tocar este tema, todos ellos se refieren a los últimos tiempos como la etapa que inicia con la ascensión de Cristo y concluye con su segunda venida. Es decir que, tanto los lectores de estas cartas en los primeros años, nosotros hoy en día, y los que vendrán después, conformamos este grupo llamado “a los que ha llegado el cumplimiento de los tiempos”.

El apóstol Pedro lo explica de esta manera:

Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a ustedes, diligentemente inquirieron y averiguaron, procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio (les anunciaron las buenas nuevas) por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar. 1 Pe 1:10 -12

Así que para entender bien esta frase, debemos de pensar más en lo que Dios está haciendo hoy en día en nosotros, que en buscar claves que nos digan lo que ya sabemos que no está ahí, el día exacto en que Cristo vuelve. De este modo seremos verdadero testimonio al mundo, de la gloria de Dios.
Es así como lo señala Efesios 3:10-12:

De este modo, la infinita (multiforme) sabiduría de Dios puede ser dada a conocer ahora por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en El.

En Cristo,
J. David Amador M.

Pastor