LA HISTORIA RUMBO
A LA REFORMA
¿POR
QUÉ SURGIÓ LA REFORMA PROTESTANTE?
Cuando Jesús vino,
fue para darnos a conocer a Dios.
Nadie ha visto
jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él Lo ha dado a
conocer. Juan 1:18
Antes de ascender
a los cielos, dijo a sus discípulos que fueran por todo el mundo a hacer
discípulos de él, y que serían sus testigos en todo el mundo.
"Vayan, pues,
y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he
mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del
mundo." Mateo 28:19-20
Pero recibirán
poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra." Hechos
1:8
Los discípulos
empezaron a enseñar la Palabra.
Y ellos salieron y
predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la
palabra por medio de las señales que la seguían. Marcos 16:20
Pero con el tiempo
algunos que no conocían a Cristo empezaron a dar falsas enseñanzas a la iglesia.
El Espíritu dice
claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando
atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, mediante la
hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia. 1 Timoteo4:1-2
Pero se levantaron
falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre
ustedes, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando
incluso al Señor que los compró (los rescató), trayendo sobre sí una destrucción
repentina. 2 Pedro 2:1
Pues algunos
hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban
marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios
en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo. Judas 4
Así que muchas
enseñanzas falsas empezaron a entrar a la iglesia, mezclando creencias de otras
religiones y la filosofía griega, con la enseñanza bíblica.
Pero debes saber
(comprender) esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque
los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor,
implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno,
traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores
de Dios; teniendo apariencia de piedad (religión), pero habiendo negado su
poder. A los tales evita. 2 Timoteo 3:1-5
Los romanos
mezclaron las ideas de su religión con el cristianismo y empezaron a exaltar a
algunos personajes humanos llamándolos santos y a otros les dieron el grado de
divinidad tal como lo hacían en la religión romana.
Roma era la ciudad
más poderosa del imperio, y como ya no había persecución, el obispo de Roma se
empezó a volver un personaje poderoso en lo político y dentro de la iglesia.
Se hizo llamar
papá, o papa en latín, y enseñó cosas que no estaban en la Biblia, con el fin
de hacerse rico.
Los demás obispos
lo desconocieron como hombre de Dios, pero entonces el imperio romano se
dividió en dos partes, occidental y oriental. El papa quedó con todo el poder
en la parte occidental y el mundo empezó a sumirse en la oscuridad, pues ya
nadie estaba enseñando la palabra de Dios. Lo que se enseñaba era
principalmente lo que habían dicho los filósofos griegos en el pasado, y muchas fabulas. Y eso no tenía nada
que ver con la Palabra de Dios.
Así que para
evitar que se les cuestionara, el papa y los sacerdotes prohibieron que las
personas leyeran la Biblia, además de que evitaron que aprendieran a leer y
escribir, pues la ignorancia de la gente les ayudaba. Empezaron a inventar
mitos sobre apariciones de santos y de María, la madre de Jesús. También mezclaban
la enseñanza bíblica con las costumbres y creencias de los pueblos donde se
levantaban templos, como ocurrió en México. Esta mezcla de paganismo y cristianismo
se llama sincretismo.
Porque vendrá
tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán
sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos (a las fábulas). 2 Timoteo
4:3-4
Pero Dios no dejó
que la luz se apagara, así que hubo hombres que se levantaban en contra de las
falsas enseñanzas del papa y de todos los que estaban enseñando mentiras.
La Luz brilla en
las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. Juan 1:5
Hombres como Pedro
Valdo empezaron a buscar que la gente supiera lo que dice la Biblia.
Pedro Valdo fue un
rico comerciante de Lyon, Francia que nació en 1140, y una vez que platicaba
con un amigo, este cayó muerto de repente; esto le produjo tal terror a Pedro
que fue a buscar a un sacerdote quien le repitió las palabras de Jesús sobre el
joven rico. Pedro Valdo tomó esto tan al pie de la letra que dividió su fortuna
en dos partes, una para los pobres y con la otra encargó a dos monjes que
tradujeran el Nuevo testamento del latín al catalán, que era el idioma del
pueblo en esa zona. Luego envió hombres de pueblo en pueblo que leyeran el
Nuevo Testamento para la gente que no sabía leer. En 1184 él y sus seguidores
fueron declarados herejes y así, los llamados “pobres de Lyon o Valdenses” siendo
perseguidos se esparcieron por gran parte de Europa. Pedro Valdo se fue a vivir
a la región de Bohemia donde moriría en el año 1217, después de 57 años de
predicar el evangelio.
También Juan Wycliffe
en Inglaterra empezó a enseñar lo que decía la Biblia y eso no le gustó a
muchos porque la iglesia romana perdería mucho dinero si lo que él enseñaba lo llegaba
a conocer el pueblo.
Juan Wycliffe fue
llamado la “Estrella matutina de la Reforma”. Nació en Inglaterra en 1320.
Estudió teología en Oxford a partir de los 15 años, llegando a ser un
reconocido maestro.
Juan tendría dos
momentos que hicieron cuestionar su fe. El primero fue cuando lo mandaron en
una comisión para dialogar con representantes del papa para evitar que se
siguieran enviando a Inglaterra tantos clérigos extranjeros; pero no se logró
llegar a ningún acuerdo. Esto le llevó a escribir sobre la necesidad de una
iglesia Inglesa, pero los obispos romanistas viendo en él un peligro, lo
trataron de declarar hereje, juzgándole en Londres dos veces. Pero la gente del
pueblo interrumpía tanto los juicios que las dos veces se suspendieron.
El segundo momento
fue cuando en 1378 la iglesia romana se dividía en dos partidos, unos abogaban
por Urbano VI para papa, residiendo en
Roma, y otros por Clemente VII residiendo en Avignon. Esto destruyó la fe de
Wycliffe en la iglesia romana. Ese mismo año terminó una tarea que consideraba
muy importante para su pueblo: traducir el Nuevo Testamento al inglés. También
formó una compañía conocida como “los sacerdotes pobres” que iban de pueblo en
pueblo enseñando la Biblia.
Dos años más tarde
terminó la traducción del Antiguo Testamento. Y aunque todo este trabajo se
hacía a mano, las copias se multiplicaron con rapidez, al igual que sus
tratados atacando el romanismo. Por todo este trabajo, Wycliffe ha sido
reconocido como el padre de la prosa inglesa.
Conforme Wycliffe
escribía se iba ajustando más a las enseñanzas de la Biblia y se apartaba cada
vez más de la doctrina romana.
Fue cuando habló
en contra de la transustanciación que sus amigos de la nobleza dejaron de
apoyarlo. Como resultado se le prohibió seguir enseñando en la universidad.
Finalmente se le declaró hereje, y muchos de sus discípulos fueron
encarcelados. Murió a finales del año 1384.
¿Y qué es la
transustanciación por la que los nobles ingleses ya no apoyaron a Wycliffe?
La
transustanciación es la enseñanza católica romana desde el año 1215, que dice
que cuando el cura hace el conjuro en latín “este es mi cuerpo”, inmediatamente
la masa de la hostia se convierte en el verdadero cuerpo de Cristo. Este fue uno
de los principales engaños que los reformadores combatieron, señalando que de
acuerdo a la Biblia el pan y la copa solo son símbolos del cuerpo y la sangre
de Cristo; pues este engaño hacía pensar a los congregantes que el cura era
superior a los demás seres humanos al poder invocar la presencia del cuerpo de
Cristo.
Lo que Juan
Wicliff escribió llegó hasta un monje en Bohemia llamado Juan Huss.
Juan Huss fue un
profesor y teólogo checo. Su vida y su muerte fueron una poderosa antorcha que
alumbró en las tinieblas, y que anunció la luz más brillante que habría de
manifestarse un siglo más tarde.
Nacido en la
región checa de Bohemia, en 1369 en la aldea de Hussenitz de la cual tomó su
nombre, por lo que fue conocido primero como Juan Hussenitz y luego como Juan
Huss.
Estudio en la
Universidad de Praga donde llegó a ser profesor, y a los 31 años de edad llegó
a ser rector.
Por aquel tiempo
llegaron a sus manos los escritos de Juan Wycliffe, y fue profundamente movido
por la enseñanza de la Palabra como la enseñaba Wycliffe. Así que Juan Huss,
comenzó a predicar en esa misma dirección. Inevitablemente, se ganó el odio de
los religiosos, aunque el pueblo le escuchaba de buena gana.
Al igual que en
Inglaterra con Wycliffe, la predicación de Huss causo mucho revuelo, y las
autoridades religiosas prohibieron los libros de Wycliffe, sin embargo la
Universidad de Praga se unió a Huss para seguirlos propagando.
Se le prohibió a
Huss predicar, pero él siguió haciendolo, y muchos empezaban a predicar en las
calles. Al negarse a ir a Roma a rendir cuentas, fue excomulgado. El rey,
temeroso del clero le excomulgó y lo desterró de Praga.
Huss volvió a su
pueblo natal y siguió predicando, escribiendo libros y enviando cartas a sus
discípulos en Praga.
Finalmente en
noviembre de 1414 fue convocado un concilio en Constanza, Alemania. Juan Huss
fue llamado, y como contaba con la garantía de protección del rey y del emperador,
sus amigos lo dejaron ir.
Juan se hospedó en
una modesta casa mientras le llegaba el turno de comparecer. Cuando el papa
llegó a la ciudad lo llamó a comparecer, y lo tomaron preso echándole en el
calabozo de un convento, señalando que el salvoconducto del emperador no era
mayor que la autoridad de la iglesia.
Dado que el
drenaje pasaba a un lado de la celda de Juan, cayó enfermo de fiebre. De ahí
escribió a un amigo suyo diciendo: “Es ahora cuando aprendo a repetir los
salmos, a orar, a contemplar los sufrimientos de Cristo. En medio de las
tribulaciones comprendemos mejor la Palabra de Dios”.
Los miembros del
concilio buscaban retrasar la comparecencia de Juan, temerosos de que tomara la
palabra. Para mayor seguridad lo trasladaron a la cárcel del castillo, donde su
carácter ya había sido tratado por Dios, quien le llevó de ser exigente y rudo
ante las injusticias, a una dulzura que le hizo ganar la amistad de los
carceleros, quienes lo consultaban y en respuesta a sus preguntas escribió
varios libros.
Finalmente Juan
compareció ante el concilio, y ante el emperador. Él sostuvo que si uno de sus
escritos estaba equivocado, que le corrigieran y que con gusto lo cambiaría;
pero nadie le respondió. Sin embargo el 6 de julio de 1415 se le condenó a la
hoguera, se le puso en la cabeza un ridículo gorro de papel con unos demonios
dibujados. Entonces dijo que con gusto llevaría eso en la cabeza, pues su
salvador había llevado una corona de espinas por culpa suya.
Sus libros fueron
quemados frente a él y finalmente ante el verdugo dijo: Hoy quemarás un ganso,
pues en checo la palabra “Huss” significa “ganso”; Pero dentro de cien años
vendrá un cisne al cual no podrán quemar. Esto hizo referencia a Lutero, que
fue conocido como el cisne y que casi cien años después inició el movimiento de
reforma que Roma no pudo detener.
Mientras el fuego
ardía, Juan Huss se puso a cantar un himno con voz tan fuerte y tan alegre, que
se oía a través del crepitar de la leña y del fragor de la multitud. Era el
graznido del ganso, un canto muy dulce que ha llegado hasta hoy.
También en Florencia,
un hombre llamado Jerónimo Savonarola impactó a la ciudad con el conocimiento
de la Palabra de Dios, mostrando que cuando se predica el verdadero evangelio
de Cristo la sociedad es transformada en gran manera.
Jerónimo
Savonarola nació en Ferrara, Italia en 1452. Era un monje dominico que sintió
un ardiente celo por la justicia de Dios. Se sublevó contra la corrupción de los
papas que hacían guerra contra los estados italianos con tal de conquistar
reinos para sus hijos, además del libertinaje de la corte papal.
Predicó delante de
mucha gente contra el estilo de vida pecaminoso y sobre el castigo y la
regeneración que debía venir a la iglesia.
Tomó parte en la
formación de la República de Florencia, estableciendo una verdadera democracia
de conformidad con la enseñanza cristiana. Su programa incluía cuatro puntos:
- Predicar el temor de Dios y la
reforma de las costumbres.
- Poner el bien público sobre
cualquier interés particular.
- Perdonar a todos los enemigos del
gobierno anterior.
- Hacer que el pueblo entero eligiera
a sus magistrados y formara sus leyes.
Al ser un
predicador muy elocuente, la gente siguió sus enseñanzas, lo que trajo un gran
cambio en la sociedad, incluyendo que muchos dejaron los vicios y empezaron a
leer la Biblia. Los banqueros y comerciantes devolvían las ganancias ilícitas,
las mujeres renunciaron a su vestimenta lujosa. Incluso en el carnaval de 1497,
en lugar de los excesos acostumbrados, la gente trajo a la plaza central todos
sus objetos de vanidad. Allí juntaron sus disfraces, máscaras, pelucas, libros
obscenos, etc. y los quemaron en una hoguera mientras cantaban himnos, dando
origen al término “hoguera de las vanidades”.
Savonarola escribió
libros que instruían en la salvación por fe, no por las buenas obras; y de la
vida cristiana, basándola en la enseñanza de la Biblia en lugar de las
tradiciones y costumbres.
Todos estos
cambios no agradaron a los gobernantes de los demás estados italianos,
incluyendo al papa, pues veían en estos cambios un gran peligro para su estilo
de vida; por lo tanto buscaban el regreso del antiguo gobernante corrupto Piero
de Medicis.
Para lograr esto,
el papa amenazó a la ciudad con confiscar todas sus propiedades en Europa y
firmar un edicto que arruinaría el comercio del que vivía la ciudad. Así que un
grupo de personas atacó el monasterio donde vivía Savonarola, y lo metieron en
la cárcel. Sin tener un juicio, fue ahorcado el 23 de mayo de 1498 con dos de
sus discípulos.
A pesar de eso,
sus seguidores siguieron celebrando cultos en secreto por más de doscientos
años después de su martirio.
Jerónimo
Savonarola es la clara muestra de que el mundo amará lo suyo aunque lo suma en
el vicio y corrupción, y que despreciará el evangelio por mucho bien que este
le traiga.
Por aquel tiempo,
todo lo que la iglesia de Roma enseñaba acerca de Dios era que Él era severo y
castigaba con crueldad. Se creía que toda enfermedad, guerra, catástrofe, malas
cosechas, etc. eran castigos de Dios, principalmente por hacer pactos con el
diablo o practicar brujería, por lo que mucha gente fue quemada al acusársele
de brujería por cualquier motivo.
Pero Dios siguió
levantando personas que dieran a conocer su palabra, y finalmente un monje
alemán llamado Martín Lutero empezó a enseñar que la salvación era solamente
por la fe en Cristo.
Martín Lutero
nació en Eisleben, Alemania el 10 de noviembre de 1483, siendo hijo de un
minero próspero. A los 18 años entró a
la Universidad de Erfurt, donde estudio letras y artes. Cuatro años más tarde
empezó a estudiar Derecho.
Entonces algo
cambió su vida. En julio de 1505 quedó atrapado en una tormenta y fue alcanzado
por un rayo. Ante la perspectiva de la muerte, temió tener que enfrentarse a
Dios sin estar preparado, por lo que invocó a santa Ana, patrona de los
mineros, y decidió convertirse en monje.
Entro a un
monasterio de los agustinos en Erfurt, siendo obediente a lo que se le
enseñaba, y preocupado siempre por sus pecados, y antes de dos años en el
monasterio se convirtió en sacerdote. Era el año 1507 y la enseñanza teológica
estaba en el centro de sus estudios.
Preocupado por sus
pecados buscó constante consejo en su amigo, el visitador de la orden Juan Von
Staupitz, quien le motivó a leer la Biblia y le enseñó respecto de lo que ella
decía sobre la salvación. Fue Staupitz quien más influiría en Lutero para los
cambios que vendrían más adelante.
Gracias a la relación
de Staupitz con el Principe Federico de Sajonia, Lutero fue enviado a la
Universidad de Wittenberg en 1508 para enseñar en la facultad de artes.
En 1510, Lutero
fue enviado a Roma en una misión de la orden de los Agustinos. Este viaje
acabaría siendo fundamental en su vida. Pues la vida pecaminosa de los curas y
los excesos los cardenales y el papa le harían cuestionar la obediencia de
ellos a la Palabra de Dios. Además la venta de indulgencias le traería muchas
preocupación sobre la salvación.
En 1512 adquirió
el título de Doctor por parte de la Universidad de Wittenberg y era el
predicador oficial en la capilla. En aquella época ya era muy respetado por sus
colegas y superiores. A pesar de eso, se seguía preguntando qué hacer para
lograr la aceptación de Dios. Ningún ritual o norma de la Iglesia fue capaz de
contestar esa duda.
Pero él empezó a enseñar,
y a escribir acerca de la interpretación de varios libros de la Biblia, sobre
todo los salmos analizados a la luz del Nuevo Testamento, y principalmente
sobre el libro de Romanos donde encontraría la respuesta a su gran
preocupación, la salvación por Fe.
El pasaje que
traería más impacto a la vida de Lutero, que le respondería a su gran preocupación
por su pecado y el perdón a través de las buenas obras, sería:
Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA. Romanos 1:17
En este pasaje el
apóstol Pablo se basa en un pasaje del Antiguo Testamento:
Así es el
orgulloso: En él, su alma no es recta, Mas el justo por su fe vivirá. Habacuc
2:4
El monje por fin
había encontrado la respuesta a su pregunta. La salvación se alcanza por
gracia divina y solo a través de la fe.
A través de esto,
Lutero entendió gradualmente lo que
acabaría siendo el núcleo de la Reforma: Dios no es sólo un juez justo, sino
también un padre que ama a las personas que él mismo creó y que envió a su Hijo
a vencer al pecado, que es lo que separa a los hombres de Dios.
Por aquel tiempo
el papa no se conformaba con el pequeño palacio donde vivía, y quería construir
uno más grande, pero aunque él era rico,
quería que fuera la gente quien lo pagara, así que ampliaría su venta de
indulgencias con una gran campaña.
Por aquel tiempo,
como hoy en día, la iglesia romana enseñaba que solo había dos formas de
salvación, hacer buenas obras, sobre todo si estas beneficiaban a la iglesia, o
por medio de las indulgencias.
Las indulgencias
era la venta de la salvación. Se le decía a la gente que si daban dinero, el papa
les daría una “indulgencia” con la que se les perdonaría cualquier pecado que
cometieran. Incluso se podía comprar el perdón de pecados para los familiares
muertos por medio de las indulgencias, y
el dicho era: En cuanto la moneda suena en el fondo del bote, el alma
sale del purgatorio.
Pero Martín Lutero
siguió enseñando que la salvación era solamente por la fe en Cristo y que solo
Cristo podía perdonar los pecados de la gente, por lo que ni el papa, ni nadie
más lo podía hacer. Para que la gente conociera lo que la Biblia decía sobre
eso, llamó a un debate en la capilla del palacio de Wittenberg en Alemania,
publicando 95 puntos o tesis para la discusión.
El 31 de octubre
de 1517 clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de
Wittenberg, que en aquel momento servía como una especie de valla publicitaria.
Lutero planeó un debate sin la intención de ir más allá de la mera discusión. Pero
como nadie participó en ello, decidió enviar sus tesis directamente al cardenal
Alberto de Bandeburgo, elector y arzobispo de Maguncia. Esto desató un debate
que sacudió los fundamentos de la Iglesia romana. Con la ayuda de la recién
inventada imprenta, las tesis de Lutero se esparcieron por Alemania en dos
semanas, llamando mucho la atención. Además sus adversarios, Juan Tetzel,
encargado de la promoción de las indulgencias y Silvestre Prierias, maestro de
palacio del papa; le incitaron a ir más allá al tener que presentar defensa de
sus argumentos.
Al siguiente año
el papa llamó a Lutero a Roma, pero temiendo por su vida, Federico, el príncipe
de Sajonia, no lo dejó ir, por lo tanto el papa envió al cardenal Cayetano para
que se retractara. Por supuesto Lutero no lo hizo y eso empezó a poner en duda
la autoridad del papa.
Para 1519 sus
escritos ya habían llegado a Francia, Inglaterra e Italia, acudiendo muchos estudiantes
a Wittenberg para escuchar a Lutero, incluyendo a quien llegaría a ser su brazo
derecho Felipe Melanchton.
En 1519 tuvo un
debate con el teólogo romano Juan Eck, como resultado de este debate el papa
excomulgo a Lutero de la iglesia romana. Pero Lutero siguió escribiendo libros,
a veces por defensa y a veces por enseñar sobre los libros de la Biblia.
Dios obró en el
corazón de varios príncipes alemanes que apoyaron a Lutero y para evitar un
rompimiento entre los nobles y el imperio, el emperador Carlos V citó a una
reunión, en abril de 1521, que sería conocida como la “Dieta de Worms”. Y aún delante
del emperador Lutero se negó a retractarse de sus libros y enseñanzas.
El príncipe de
Sajonia, temiendo que los papistas secuestraran a Lutero para llevarlo a Roma,
lo escondió por varios años en el castillo de Watburgo, donde Lutero se dejó
crecer la barba y tomó la identidad de un caballero llamado “Jorge”. En ese
tiempo tradujo la Biblia al alemán.
En aquel tiempo varios
nobles alemanes que respaldaban a Lutero buscaban crear una iglesia Luterana. Y
como el emperador Carlos V necesitaba el apoyo de todos los nobles en la guerra
contra los turcos que amenazaban con invadir Austria, permitió que los
seguidores de Lutero formaran la iglesia Luterana.
Cuando el
emperador rechazó a los turcos de su imperio, se retractó de su decisión de
permitir iglesias en su imperio que no se ajustaran al papa. Por lo tanto firmó
un edicto donde obligaba a todos a someterse nuevamente a la autoridad papal.
Entonces varios
nobles alemanes escribieron la Protesta de Espira:
La Protesta de Espira es el documento que seis
príncipes y catorce ciudades libres alemanas del Sacro Imperio Romano Germánico
presentaron el 19 de abril de 1529 para protestar contra el edicto del
Emperador Carlos V, que anulaba la tolerancia religiosa que había sido
legalmente concedida a los principados alemanes.
El texto de la protesta dice:
Protestamos por medio de este manifiesto, ante Dios, nuestro único Creador,
Conservador, Redentor y Salvador, y que un día será nuestro Juez, como también
ante todos los hombres y todas las criaturas, y hacemos presente, que nosotros,
en nuestro nombre, y por nuestro pueblo, no daremos nuestro consentimiento ni
nuestra adhesión de manera alguna al propuesto decreto, en todo aquello que sea
contrario a Dios, a su santa Palabra, a los derechos de nuestra conciencia, y a
la salvación de nuestras almas.
A partir de ahí a
los evangélicos se nos empezó a llamar “protestantes”.
Además Dios estaba
obrando también en la vida de un joven francés llamado Juan Calvino.
Juan Calvino nació
el 10 de Julio de 1509 en Noyon, Francia. Su padre Gerard deseaba que fuera
abogado. Y para que sus tres hijos estudiaran, Gerard se aprovechó de una
costumbre común. En aquellos tiempos un muchacho de cualquier edad podía inscribirse
para cualquier cargo eclesiástico, cobrar el sueldo y pagar a un sacerdote
anciano que hiciera el trabajo y embolsarse el resto de las ganancias. De este
modo Juan recibió su primer pago a los 12 años de edad.
En 1523, con 14
años de edad, se fue a Paris donde estudió latín y filosofía. Luego su padre le
hizo estudiar derecho en la Universidad de Orleans, Francia. Posteriormente
estudió en la Universidad de Bourges, Francia. Ahí estudió el NT en griego, por
medio de la filosofía de “ir a las fuentes”. Cada elemento de esta educación
ayudó a prepararle para su futuro ministerio.
A la edad de
veinte años, cuando estudiaba en Bourges, comprendiendo las supersticiones del
papismo y mostrándole Dios lo endurecido que estaba en su corazón, finalmente entendió
el mensaje del Evangelio y se convirtió. Allí surgió en él un deseo ferviente
de crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios.
A los 23 años, en
1531 terminó la carrera en derecho. Era asiduo lector de Martin Lutero, de
Ulrico Zwinglio, quien llevó la reforma protestante a Suiza, y sobre todo de Jaques
Lefevre, traductor de la Biblia al francés e iniciador de la reforma en
Francia, aun antes de Lutero.
Era amigo de Nicolás
Cop, rector de la Universidad de París. En 1533 Cop en su discurso anual del
día de todos los santos predicó un sermón sobre la salvación por gracia y habló
en contra de la persecución que había en contra de los que habían vuelto a la
Biblia.
Debido a este
sermón Cop tuvo que huir, el jefe de la policía irritado por esto, mandó que
detuvieran a Calvino, a quien se acusaba de ser el autor del mensaje. Calvino
tuvo que huir y esconderse.
En 1534, siendo
aún un prófugo, Juan fue a ver al anciano Jaques Lefevre, quien le indicó que
la iglesia de Roma no podría ser reformada, como él lo había intentado toda su
vida. Él influyó grandemente en el ánimo de Calvino para seguir enseñando la
Palabra y llevar a los franceses al conocimiento verdadero de Cristo. Tras esto
Calvino fue a Noyon para renunciar a la paga que durante años le había dado la
iglesia. Luego volvió a París donde se reunió en secreto con otros creyentes a
estudiar la Biblia.
La mañana del18 de
octubre de ese año, aparecieron por todo Paris y otras ciudades de Francia,
incluso en el palacio real, una gran cantidad de carteles, que protestaban
contra la misa católica. El rumor era que Guillermo Farel, el reformador de
Suiza los había escrito.
Este asunto
provocó una violenta reacción de parte del clero romano y se llenaron las
cárceles y se quemó a mucha gente en la hoguera. Calvino huyó a Basilea Suiza.
Ahí escribió e imprimió varios libros. En 1536 imprimió la primera edición de
su obra más famosa “Institución de la Religión Cristiana”.
En Junio de 1536
regresó a París y pronto partió para Estrasburgo, Francia, que era refugio para
los reformistas. Pero se desvió hacia Ginebra para evitar los movimientos de
las tropas del rey.
Pensaba dormir una
noche en la ciudad de Ginebra, que recién había logrado su libertad del yugo
papal. Ahí Guillermo Farel, el apasionado Reformador pelirrojo, al oír que
Calvino pretendía llevar la vida tranquila de un erudito en otro lugar, le
animo a permanecer en Ginebra.
Tras una larga
discusión, Calvino le dijo: “No puedo hacerlo, no es para mí. Yo soy tímido y
vergonzoso. Odio el meterme en problemas. Además caigo enfermo muy a menudo. Mi
lugar está en los estudios. Soy hombre de libros y escritos. ¿Cómo puedo atarme
a una iglesia, si quiero servirlas a todas? No me puedes pedir esto. En el
nombre del Señor, ten piedad de mí y déjame servir a Dios de otra forma.”
A esto Farel,
levantando la voz le respondió:
“Te digo en nombre
del Dios todopoderoso, a ti que pones tus estudios como una excusa, que si no
nos ayudas a llevar a cabo la obra de Dios, él mismo te maldecirá, porque
estarás buscando tu propia gloria y no la de Cristo.
Calvino más
adelante, al hablar de esto diría:
Sentí como si Dios
hubiera puesto su poderosa mano sobre mí para arrestarme, estaba tan lleno de
terror que desistí del viaje que había comenzado. Guillermo Farel me detuvo en
Ginebra.
Y así fue como
Calvino permaneció en Ginebra por un tiempo, hasta que debido a una fuerte
oposición en su contra, Farel y Calvino fueron expulsados de Ginebra.
Calvino se dedicó
a pastorear en Estrasburgo de 1538 a 1541 hasta que nuevamente los ciudadanos
de Ginebra lo convencieron de volver debido a los problemas que atravesaban.
Calvino acordó estar con ellos por un periodo de seis meses, que nunca acabó.
Permaneció en Ginebra hasta el día de su muerte el 27 de Mayo de 1564.
Dios siguió
llamando a más hombres para que su Palabra fuera conocida en todo el mundo, así
fue como nos llegó a nosotros en nuestro tiempo.
Respecto del papel
de los reformadores podemos decir que:
Lo que Lutero
empezó con su valor heroico, Calvino lo continuaría y completaría con su mente
brillante y su pluma que jamás descansaba. Lutero había arrebatado a la iglesia
protestante de las garras de Roma. Había empezado la reforma, pero Calvino la
establecería y aplicaría. Pondría por escrito las grandes verdades de la
reforma, y explicaría cómo la Palabra de Dios se aplica a todas las áreas de
nuestra vida.
Con la Reforma
Protestante el mundo salió de la oscuridad en la que estaba, se dio el
desarrollo de la ciencia, de la economía, de la educación, y de la salud en el
continente Europeo.
Y tras el
asesinato y martirio de muchas personas que dieron su vida por Cristo, hoy podemos reunirnos con toda libertad y
predicar a otros acerca de la verdadera salvación y la verdadera vida eterna. Por eso, hoy nos toca a nosotros hacer nuestra
parte para alumbrar en medio de la oscuridad.
"Así brille la
luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y
glorifiquen a su Padre que está en los cielos. Mateo 5:16.
Recopilado por: J. David Amador M.
Coordinador MINTS en el Valle de Toluca
Pastor de la Iglesia Evangélica Transformación de Vida.
San Mateo Atenco, México. Octubre de 2017
Ilustración de los 500 años de la Reforma: D.G.
Mario Balcázar A.
Las citas bíblicas son tomadas de la
NUEVA BIBLIA LATINOAMERICANA DE HOY
Copyright © 2005 por The Lockman Foundation
Usadas con permiso. www.NBLH.org
BIBLIOGRAFÍA:
Van Halsema, Thea
B. Así fue Calvino. Libros Desafío.
Grand Rapids, Michigan, EEUU. 1998.
Vila, Samuel y D. A.
Santamaría. Enciclopedia ilustrada de historia de la iglesia. Editorial CLIE.
Barcelona, España, 1979.